Un sistema que no hace aguas

Se está empezando a ver tecnología pasiva RFID de bajo coste en determinados hoteles y complejos turísticos que valoran la seguridad y el servicio. Para propiedades con ciertas necesidades específicas – como son los establecimientos de la cadena Great Wolf Lodge en Estados Unidos y Canadá – RFID ofrece una serie de ventajas que justifican con mucho el coste de su instalación.

“RFID es una nueva tecnología muy atractiva, llena de posibilidades”, opina Rajiv Castellino, máximo responsable de información de los Great Wolf Resorts.

Los complejos de Great Wolf son parques acuáticos, razón por la cual RFID es tan adecuada para la comodidad de los visitantes, según Brendon Lam, un experto del RFID Hospitality Management Systems (RHyMeS) Center de Singapur. “RFID resulta muy convincente desde el momento en que permite a los visitantes no llevar dinero encima (y no acabar con la cartera empapada) ni tener que usar las típicas tarjetas de acceso.“

Listos para la Diversión  
En Great Wolf Lodges, los visitantes reciben una muñequera con un transpondedor RFID de una frecuencia de 13,56 Mhz. Dado que funciona con la red de lectores y el software centralizado del parque, permite a los responsables de las instalaciones autorizar el acceso “inteligente” a las atracciones y a los procedimientos de pago.

“La idea es que los visitantes puedan hacer absolutamente de todo con las muñequeras RFID, sin tener que llevar cartera, tarjetas de crédito ni llaves”, dice Castellino. “En vez de eso, pueden usar la muñequera para pagar la comida en los restaurantes del complejo, las compras en la tienda de regalos, las sesiones en el spa, etc.” De hecho, las muñequeras permiten incluso pagar las atracciones del parque temático, lo cual complace especialmente a los niños.

El sistema mejora la seguridad, ya que los visitantes no tienen que llevar dinero ni llaves mientras disfrutan del parque. Y según Castellino, “Great Wolf se está planteando añadir más prestaciones avanzadas de seguridad, atendiendo sobre todo a los servicios de localización y seguimiento, que emplean dispositivos manuales con escaners RFID.”

Siguiendo la Pista
En grandes complejos para toda la familia como son los parques de Great Wolf, la localización y el seguimiento son garantía de tranquilidad para los padres. Con estas soluciones, el sistema informático central localiza el lugar del parque en el que el visitante ha utilizado su muñequera por última vez para entrar en una zona o realizar una compra. Los dispositivos (fijos o portátiles) del personal del parque revelan dichas localizaciones – normalmente, señalando puntos sobre un mapa – a las personas que viajan en el mismo grupo y llevan sus credenciales RFID.

Los sistemas de localización por RFID ya han sido implementados en muchos otros parques temáticos de Norteamérica, y aunque es un sistema muy atractivo para los padres, no acaba de convencer a todos. En primer lugar, la seguridad que aportan no es infalible; los seguimientos que facilita el sistema no suelen ser demasiado precisos; sólo funciona dentro de los límites del parque, y un secuestrador potencial no tiene más que quitar el brazalete a la víctima. A algunos expertos les preocupa el hecho de que los dispositivos RFID dan a los padres una falsa sensación de seguridad que puede llegar a poner a los niños en peligro.

¿Demasiado personal?
Otro problema es la privacidad. Llevar un brazalete RFID o interceptar transmisiones de RFID no suponen grandes amenazas para la privacidad, ya que como afirma Castellino, “las muñequeras RFID no almacenan información personal; son meros identificadores.” Sin embargo, las empresas sí pueden saber qué atracciones ha visitado cada persona y en qué ha gastado su dinero, y puede haber “hackers” que roben y exploten esta información, lo cual sí es más preocupante.

Las empresas que utilizan sistemas de localización por RFID suelen insistir en que no buscan datos individuales sobre los miembros de cada familia, defendiéndose así de este tipo de críticas.

Las expectativas de privacidad varían mucho de una cultura a otra, y si bien es cierto que los estadounidenses reaccionan peor que los asiáticos ante la idea de un “Gran Hermano”, casi todos están dispuestos a dejar de lado sus principios cuando lo que está en juego es la seguridad de los niños. Y mientras los visitantes acepten esta tecnología, los hoteles seguirán ofreciéndola, sobre todo si cada vez es más barata. “Con el tiempo, RFID va a ser mucho más asequible, ya que cada vez son más las empresas que se están beneficiando de ella para mejorar su trato al cliente”, predice Rajiv Castellino

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