Un ahorro inteligente de energía
La creciente inquietud ante el cambio climático y el constante aumento del precio de la energía están provocando una mayor demanda de soluciones medioambientales para el hogar, desde las más simples hasta las más sofisticadas.
Hay formas baratas pero eficaces de ahorrar energía en casa utilizando tecnologías muy básicas: por ejemplo, eliminar filtraciones de corriente sellando herméticamente puertas y ventanas. Si, por ejemplo, todos los hogares británicos utilizaran este tipo de técnicas, se ahorraría energía suficiente para calentar casi 400.000 hogares al año, según datos del Energy Saving Trust.
Optar por ventanas y puertas de madera en vez de UPVC (PVC rígido) también reduce la huella de carbono de los hogares. Se necesita ocho veces más energía para fabricar una ventana o una puerta de UPVC que una de madera, y el coste de su ciclo de vida es entre el 14 y el 25% más elevado que el de la madera.
En el extremo opuesto de la escala tecnológica, hallamos soluciones que explotan la creciente popularidad de los smartphones y pueden llegar a tener un impacto significativo en el uso de energía, además de aportar ventajas en cuanto a la seguridad.
Basta con recordar que en un hogar americano hay una media de 40 productos consumiendo constantemente energía en modo de reposo, lo cual supone casi el 10% del consumo de electricidad residencial. Ya hay disponible un sistema por el cual un propietario doméstico, utilizando un sistema controlado por un smartphone, puede desconectar todos los enchufes de la casa –y también las luces– cada vez que se va a dormir o sale de casa. Poder encender todas las luces por medio de este sistema sirve para reforzar la sensación de seguridad dentro de casa.
Y además, se puede ampliar el sistema para apagar la calefacción o el aire acondicionado cada vez que se abre una ventana, con el consiguiente ahorro de energía. Una vez instalada esta tecnología, se le pueden ir añadiendo otras funciones de seguridad y ahorro energético. Instalando un sensor de ocupación, por ejemplo, es posible apagar o encender la calefacción o el aire acondicionado cada vez que alguien entra o sale de una habitación. Y ello también serviría para alertar al propietario, a través de su móvil, de que un intruso ha entrado en la casa.
La base de este tipo de sistemas son una serie de interruptores, sensores y controles inalámbricos fabricados por compañías como EnOcean. La tecnología de EnOcean también es capaz de autoalimentarse: al girar la manilla de una puerta o una ventana, se genera la energía necesaria para enviar una señal a un teléfono, indicando que la puerta o la ventana han quedado abiertas. Las diferencias de movimiento, luz o incluso temperatura pueden también disparar la señal.