Security Essen – Un escaparate para la seguridad
La feria del sector Security Essen lleva ya 19 años funcionando a pleno rendimiento. La edición de 2010, que tuvo lugar entre el 5 y el 8 de octubre, ha sido la más internacional hasta el momento.
Más de 40.000 visitantes de 113 países se dieron una vuelta por los más de mil stands de la feria Security Essen, celebrada en esta localidad del oeste de Alemania el pasado mes de octubre.
Según los organizadores, más de una cuarta parte de los visitantes tenían pensado invertir más de 250.000 euros en temas relacionados con la seguridad el próximo año, y el 12% contaba con un presupuesto de más de un millón de euros.
Entre los productos que suscitaron el interés de Ahmed Shahien, de Ramex Gulf Trading (Emiratos Árabes Unidos), estaban los coches blindados. Su compañía, que hasta ahora se ha especializado en sistemas de gestión de tráfico para las fuerzas policiales del Golfo, quiere extender sus actividades al campo de la seguridad. “Nos interesan la detección de intrusos, la visión nocturna, los sistemas de vídeo y los vehículos blindados”, dice Ahmed, quien asegura haber encontrado muchos productos de su interés en la feria.
Pero éste no ha sido un año de grandes innovaciones; la mayoría de los visitantes ha visto cómo se intensificaba la tendencia hacia la digitalización y el uso de IP, tanto en control de accesos como en videovigilancia. Y tomar decisiones ha sido una tarea difícil. Mark Jessen viajó desde los Países Bajos, donde se encarga de los sistemas de seguridad de un hospital. Reflejando el sentir de muchos otros, declaró: “Vengo buscando cámaras, y muchas de ellas son muy similares entre sí.”
En vídeo se notó una fuerte tendencia hacia una mayor definición y más megapíxeles, pero también hubo una solución contraria a esta corriente: la cámara de imágenes térmicas de 16 píxeles que fabrica la compañía británica Irisys. Además de tener un precio asequible y necesitar muy poco ancho de banda, puede reconocer el movimiento de un modo extremadamente esquemático; en su modalidad más sencilla, se puede utilizar para contar personas, pero también para evitar que una persona se cuele pegándose a la que le antecede en puntos de entrada controlados (lo que en inglés se llama tailgating). Según Andrew Rimmer, director de desarrollo comercial, “hay miles de estas cámaras instaladas en las cajas de salida de los supermercados ingleses. En esos casos, los algoritmos han sido diseñados para ver si la cola se está haciendo demasiado larga y abrir una nueva caja.”
Otro avance en el campo del vídeo vino a cargo del Instituto de Fraunhofer de Informática Aplicada: Smart Eyes. “Smart Eyes: Attending and Recognizing Instances of Salient Events” (Ojos Inteligentes: Presenciar y Reconocer Ejemplos de Eventos Salientes, o SEARISE, por sus siglas en inglés) es un proyecto subvencionado en parte por la Unión Europea y basado en la cooperación entre varias universidades.
Su objetivo es lograr que el análisis de contenidos de vídeo funcione en tiempo real, al igual que el ojo humano, detectando únicamente las actividades más significativas. Un ejemplo: en el público de un partido de fútbol, vemos mucho movimiento en las gradas cuando los asistentes ondean sus banderas, pero eso no tiene mucho interés. Lo que hace Smart Eyes es ignorar esos movimientos y concentrarse únicamente en aquellos que hacen algo que normalmente no harían (por ejemplo, saltar al campo de juego).
Pero el mayor problema al que se enfrentan muchos fabricantes de productos similares también se ha podido ver en el sector de la seguridad. Uno de los que opinan que el campo de las cerraduras electrónicas está muy saturado es Tom Jenkins, director de ventas nacionales de Bastion (una empresa británica que fabrica lo que él describe como “protección antibalística muy discreta”). Jenkins conoce el sector por haber trabajado anteriormente en él: “Estoy sorprendido por la evolución de los cilindros electrónicos, pero hay muchas compañías promocionando productos similares; ahora mismo debe haber unos doce fabricantes a nivel global.”
Un sistema de cerraduras poco habitual fue el Knock N’Lock, que funciona introduciendo un número secreto en una “KnocKey” y sujetándola contra la puerta. El código se traduce en una serie de 18 golpes a los que responde un sensor piezoeléctrico, con la consiguiente apertura de la puerta. La ventaja es que no se necesita ningún tipo de mobiliario en la parte exterior de la puerta, y se puede utilizar el mismo PIN para muchas puertas, incluso si son de cajas fuertes, ascensores o vehículos. El sistema también ha sido desarrollado para poner el seguro a un arma: el cañón se cierra con un tapón que solo se puede quitar con la cantidad correcta de golpes.
También se detectaron continuaciones de tendencias surgidas en años anteriores. Kai-Hendrik Schroeder, de los instaladores de sistemas de seguridad Safetron, de Bremen, nos dijo: “Hay una clara tendencia hacia el video inalámbrico, y gracias a ello está resultando mucho más asequible para más personas, ya que es más fácil de instalar.”
Otra tendencia fue la integración, cada vez más frecuente, de distintos sistemas en una plataforma, combinando por ejemplo seguridad informática, control de accesos y sistemas antiincendios en una sola gestión. Varias compañías ofrecieron también nuevos softwares de gestión para estos nuevos desafíos.
Por último, una mención a los ganadores de los Premios a la Innovación en la Seguridad: la Universidad de Estudios Profesionales de Berlín recibió un premio especial por su nuevo master en “Gestión de Seguridad y Seguridad de Empresas”. El premio al mejor servicio fue a manos de Kötter, por su portador de tarjetas de identidad con función de llamada de emergencia incorporada.