Luz verde a la seguridad medioambiental
Aunque la forma habitual de lograr que un edificio sea más “verde” es intentar reducir su consumo de energía, la atención a los aspectos medioambientales no se limita a la construcción del edificio. Un diseño realizado con una conciencia global debe reflejarse en todo el edificio, incluidos sus productos de seguridad.
“Intentamos asegurarnos de que seguimos las directrices del Green Building Council en cada aspecto del edificio en el que trabajamos”, dice Helen Rose, Directora de Desarrollo Comercial de Pemko Manufacturing Company y directora del Green Council, una división recién creada por ASSA ABLOY Americas.
El Green Building Council se encarga de administrar el célebre sistema de calificación de edificios ecológicos LEED (Leadership in Energy and Enviromental Design). Este sistema fomenta y acelera la adopción global de prácticas de desarrollo y edificios verdes sostenibles a través de la creación e implementación de herramientas y criterios de actuación comprensibles a nivel universal.
LEED dirige los pasos
Muy extendido ya en Estados Unidos, LEED se ha extendido a más de 40 países desde su fundación en 1994. La mayoría de los países europeos han implementado ya programas a nivel doméstico, como por ejemplo BASTA en Suecia o la alemana DGNB (Asociación Alemana para la Construcción Sostenible).
Rose cree que los efectos de LEED, así como los del movimiento medioambiental en su conjunto, se empiezan a notar en los patrones de construcción de Estados Unidos. “Este “verdor”, por llamarlo de alguna manera, se extiende por todas partes. Es imposible escapar de él. Y nosotros lo estamos abrazando.”
En lo que respecta a los aspectos ecológicos de productos de seguridad como las puertas, las cerraduras y los cierrapuertas, Rose cree que deberíamos examinar los productos bajo una luz “holística”. “Adoptar un enfoque ecológico no sólo tiene que ver con el lugar de dónde adquirimos el producto o con los materiales empleados en él. Afecta a todo el ciclo vital de ese producto”, explica.
“Cuando queramos averiguar cuáles son los productos de seguridad más ecológicos, podemos hacer muchas preguntas. Podemos fijarnos en las materias primas; en cómo se transporta el producto; en cómo se comporta a lo largo de su ciclo vital; y en qué se puede hacer con él cuando acaba dicho ciclo vital.”
Dado que un programa de las características del certificado LEED basa su sistema de puntuación en la cantidad de dólares USA invertidos en el proyecto, los productos de seguridad que normalmente suponen menos del 2% del coste de la construcción de un edificio nuevo (puertas, cerraduras y hardware de cierre) no suelen recibir tanta atención como aquellos artículos del edificio de mayor presupuesto y volumen, como pueden ser los materiales del tejado, el acero, el cristal y el hormigón.
“Pero no por ello hay que dejar de esforzarse por producir un hardware de puertas y otros productos de seguridad que sean lo más ecológicos posible”, dice Scott Sabatini, Asesor Senior de Prescripciones Regionales de ASSA ABLOY Door Security Solutions en Estados Unidos.
A menudo es en la fabricación de productos donde se pueden eliminar más residuos innecesarios, incluidos los embalajes superfluos, dice Sabatini. “En el proceso de fabricación, se puede examinar de qué está hecho un producto; por ejemplo, el marco de una puerta”, afirma. “Si es de metal, ¿de dónde procede ese metal? ¿Qué porcentaje de él es reciclado?”
Ingredientes saludables
Al analizar los productos de madera, el fabricante puede confiar en aquellos productos que evitan la deforestación y para los cuales se han plantado árboles con el propósito específico de emplearlos en fabricación. De este modo, no estaremos diezmando bosques vírgenes para fabricar puertas.
El objetivo es utilizar productos que empleen menos disolventes y otros elementos dañinos para el medio, dice Sabatini. “Esto se traduce en dar prioridad a aquellos procesos basados en agua frente a los basados en petróleo. Todo el proceso, desde el soldado de piezas hasta la pintura, debería tener un bajo índice de compuestos orgánicos volátiles (COV)”, afirma.
Un producto muy ecológico es la nueva puerta Thermal Fused de GRAHAM, también conocida como superficie artificial para puertas (Véase el artículo relacionado sobre puertas “verdes”). Con un diseño que imita la madera real, sus superficies laminadas no sólo no explotan los recursos naturales, sino que además aumentan el ciclo vital del producto. “Muchas veces olvidamos que un aspecto importante de la sostenibilidad es lograra un entorno más saludable en nuestra vidas y nuestros trabajos”, dice Sabatini. “Hay productos que emiten gases o desprenden compuestos orgánicos. Queremos reducir y eliminar eso.”
Un recubrimiento laminado de plástico en una puerta, por ejemplo, no desprenderá COVs dañinos, a diferencia de ciertos acabados de pintura o barnizados, a no ser que éstos hayan sido limpiados previamente con productos antimicrobianos.
También se plantean cuestiones ecológicas cuando un producto alcanza el final de su ciclo vital. Diseñar productos capaces de desempeñar una nueva función o ser reciclados es un paso importante hacia la sostenibilidad, según Helen Rose. “Imaginemos que el uso que se da a un edificio cambia y que hay que cambiar el producto – unas cerraduras, por ejemplo -. ¿Qué hacemos con el viejo producto? ¿Tirarlo, sin más? ¿Fundirlo? ¿No podríamos dárselo al fabricante para que lo adapte?”
En todo caso, Sabatini señala que un producto de seguridad nunca debe sacrificar su función original por motivos ecológicos. “Ninguna iniciativa verde, ya sea en el proceso de fabricación o en otra fase, debe comprometer el estándar de seguridad”, dice. “Tampoco corremos este riesgo, ya que los productos siempre son sometidos a testados muy estrictos. Por tanto, es posible ser ecológico y seguro al mismo tiempo.”