La seguridad empieza desde abajo
Los aeropuertos se enfrentan a dos grandes retos en lo que respecta a la seguridad: en primer lugar, transportar de forma rápida y segura por todo el mundo a personas que no supongan una amenaza para la seguridad del vuelo; en segundo lugar, impedir que quienes sí constituyen una amenaza accedan a los aviones o a zonas restringidas del aeropuerto. Ambos retos son importantes, pero en las circunstancias actuales es el segundo el que se ha convertido en cuestión de vida o muerte.
Por ello, los aeropuertos se enfrentan al tema crucial de la seguridad en tierra y el control de la tripulación con una ecléctica combinación de soluciones de seguridad, desde las más “hi-tech” a otras de simple sentido común.
Restringir, Controlar, Rastrear
Una de las primeras medidas para garantizar la seguridad de un aeropuerto ha consistido sencillamente en asegurarse de que haya el menor número posible de puntos de acceso y que todos estén debidamente vigilados. Naturalmente, muchos aeropuertos ya fueron diseñados con estos principios básicos en mente, pero a medida que siguen expandiéndose sigue siendo esencial conseguir que las zonas abiertas cuenten con un alto nivel de protección, así como integrar los nuevos puntos de embarque y puertas en sistemas de control de accesos ya instalados.
Por tanto, es fundamental crear sólidos accesos de control para el personal del aeropuerto. En el caso de los pilotos, ayudantes de vuelo y empleados de todas las tiendas y restaurantes próximos a las puertas de embarque, hoy en día se someten ya a los mismos procedimientos de seguridad que los pasajeros: identificarse, atravesar detectores de metales y pasar sus pertenencias por un control de rayos X.
Pero los aeropuertos también deben desarrollar sistemas para otro tipo de empleados: los mecánicos, los portadores de maletas, los responsables de administración, etc. En las puertas diseñadas para este tipo de personal, la identificación fotográfica no es más que el comienzo. Por ejemplo, en las zonas de carga de Lufthansa en el aeropuerto de Frankfurt se emplean tarjetas inteligentes y también circuitos cerrados de TV. Dichas tarjetas no sólo llevan una foto del trabajador, sino que además contienen información clave sobre el grado de autorización del empleado y la última vez que se utilizó la tarjeta.
Cuando entran los trabajadores, se limitan a insertar su credencial en un lector; los guardas que están a cargo del circuito de TV comparan la foto de la tarjeta con la foto almacenada en los datos de la misma, mientras el sistema comprueba que el empleado está autorizado a entrar en la zona. Si, por ejemplo, el empleado intenta violar la seguridad pasando su credencial a otra persona, el sistema lo detectará al momento y denegará el acceso.
Reconocimiento al instante
El software de reconocimiento y la biométrica son otros métodos que pueden añadir a la fórmula los aeropuertos. Todos estos sistemas comparan los datos físicos almacenados sobre el personal autorizado, que suelen estar en una base de datos de Internet, con los de las persona que solicita acceso, y que debe someterse a un escaneado de su cara, su mano o su ojo en la puerta.
Aunque en general se considera que el reconocimiento del iris es la alternativa más segura, la más popular (debido a su comodidad) es el reconocimiento de manos, que consiste en medir detalladamente en 3D la mano del usuario.
Todos estos sistemas presentan mayores ventajas que las de otras tarjetas inteligentes más básicas, dado que ofrecen mayores garantías de que el empleado es realmente quien dice ser. Y al almacenarse la información sobre éste en una base de datos, y no en la tarjeta, el riesgo de fraude es menor. El London City Airport y el JFK de Nueva York son sólo dos ejemplos de aeropuertos internacionales en los que se utilizan diversos sistemas biométricos y de reconocimiento.
Salir por la tele
Naturalmente, la seguridad no termina en el momento en que los empleados ya han entrado en el aeropuerto y en las zonas restringidas. La mayoría de los aeropuertos vigilan constantemente sus instalaciones con una extensa red de cámaras de TV. Un buen ejemplo de solución de seguridad de última generación con video es el nuevo sistema del Long Beach Airport de California, que ha costado tres millones de dólares.
Parte de su red digital de cien cámaras es inalámbrica, lo cual permite un control más exhaustivo y una fácil integración en el sistema de alarma. De la misma forma, si se dispara una alarma, los guardas pueden ver inmediatamente una grabación en directo de la escena. Dado que el sistema está totalmente centralizado, los guardas pueden ver al momento lo que ha grabado cualquier cámara. Y se almacenan constantemente 30 días de grabaciones con vistas a posibles investigaciones en el futuro.
La importancia de un buen historial
Por supuesto, ninguno de estos sistemas será eficaz si se admite a una persona peligrosa como empleado del aeropuerto, por lo cual es esencial un control riguroso de su historial. La U.S. Transportation Security Administration ha estado trabajando en la creación de un sistema a nivel nacional llamado TWIC (Transportation Worker Identity Credential), que requiere examinar el historial del personal de seguridad y realizar un escaneado de las diez huellas dactilares que se almacena en una tarjeta inteligente de identificación. El programa está sufriendo retrasos debido a continuos problemas de financiación, por lo que inicialmente su implementación se limitará al personal de instalaciones portuarias.
Mientras tanto, se exige a todos los aeropuertos que verifiquen la identidad de la tripulación teniendo a mano una lista negra de sospechosos de terrorismo, lo cual no es tarea fácil puesto que esta lista está sujeta a frecuentes cambios, y el procedimiento ha de repetirse cada vez. Aeropuertos como Palm Springs International, en California, también han automatizado este proceso, creando un programa informático que compara automáticamente todos los nombres de los empleados de su base de datos cada vez que hay una nueva lista.
¿Qué importante lección se puede extraer de estos avanzados sistemas? Que la seguridad empieza desde abajo, con sistemas capaces de cubrir lo más básico (control y entrada de empleados) y también de gestionar todas las áreas de alto riesgo. Si combinamos todo esto, el resultado es un sistema de gran alcance que protege a los aeropuertos (y a los vuelos) de intrusos peligrosos.
Control de Accesos del Personal en Schiphol (Amsterdam)
• Más de 70.000 empleados trabajan en el aeropuerto para más de 500 empresas
• Más de 150.000 personas pasan por los 1.100 puntos de acceso del aeropuerto
• La solución elegida es el almacenamiento de datos sobre el iris y el peso en credenciales inteligentes de identificación
• Cumple las más estrictas normas de seguridad
• Reducción de errores humanos por medio de la identificación
• Automatización de funciones de seguridad (identificación)
Cortesía del Schiphol Group
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