La luz está encendida, pero ¿no hay nadie en casa?
Una casa inteligente sabe exactamente lo que debe hacer.
Al igual que los coches voladores, las casas y los edificios inteligentes son un viejo sueño de la humanidad y simbolizan un futuro de ciencia-ficción. En un episodio de 1975 de “Colombo”, el famoso detective de la tele persigue a un villano capaz de abrir puertas y encender luces con tan solo dar una palmada.
Unos 25 años después, en pleno cambio de milenio, las compañías de comunicación móvil ya estaban trabajando en soluciones domésticas más grandes, holísticas e inteligentes, en las que el propietario del hogar pudiera controlar las luces enviando mensajes de texto a una cajita inteligente situada en su interior. Hoy en día, la casa inteligente ha dejado de ser un sueño, y el control remoto se puede llevar a cabo desde Twitter.
Un estudio reciente pronostica que el mercado del hogar inteligente llegará a los 13.400 millones de dólares en 2014, lo cual supone un crecimiento del 16,5% entre 2009 y 2014.
Según la CEA (Consumer Electronics Association), en más del 50% de los hogares estadounidenses hay un ordenador portátil, y más de la cuarta parte cuentan con un teléfono inteligente. Como es lógico, los fabricantes de sistemas de automatización doméstica se han apresurado a adaptar sus productos para su uso con dispositivos inteligentes.
“Ahora el consumidor puede controlar todos los sistemas domésticos desde su casa o desde cualquier otro lugar. El resultado es un control inteligente y en tiempo real de prácticamente cualquier mecanismo del hogar. El objetivo de esta Red interconectada de operaciones es un hogar más inteligente y con un consumo más rentable y ajustado al estilo de vida de su propietario”, concluía un informe de la CEA.
Redes inteligentes
Pero el mejor edificio (y el más inteligente), ya sea residencial o comercial, es aquel que no necesita control, ni siquiera remoto, pero que en cambio combina y analiza todos los datos que recibe, y realiza ajustes basándose en ellos. Él solito.
Y ya casi hemos llegado a ese punto.
Los contadores inteligentes – que ya operan en muchos países del mundo – podrían ser la base para crear una red inalámbrica dentro de los edificios.
Una vez que esta infraestructura esté en su sitio, se podría utilizar también para gestionar cerraduras u otros dispositivos que formen parte de la misma red ZigBee.
Orion, de VingCard Elsafe – una empresa de Assa Abloy –, es mucho más que una solución de gestión energética, puesto que ofrece la más completa funcionalidad inalámbrica online y, al mismo tiempo, una red que se puede configurar tanto de manera independiente como con las cerraduras electrónicas inalámbricas online de VingCard.
El sistema Orion para hoteles incluye un termostato, un sensor de movimiento y una cerradura que, utilizados en conjunto, permiten al sistema determinar si la habitación está ocupada o no. De la misma manera, cada vez que se abre una puerta, el termostato vuelve a la posición inicial del preset.
“Es crucial ser conscientes de la importancia de contar con una red doméstica y una pasarela que comprenda todos los mecanismos. Nuestro objetivo era crear una plataforma que lo uniera todo, incluidos los sistemas de seguridad”, dice Paul Nagel, vicepresidente de Sistemas Energéticos de Control4, una empresa estadounidense que anuncia su “sistema operativo para el hogar”.
Control4 ha creado un controlador de red capaz de conectar más de 7.000 dispositivos electrónicos distintos operando con distintos protocolos: Ethernet, serial, ZigBee, Infrarrojos…
“Algunas empresas se limitan a conectar unos cuantos termostatos y cargar los dispositivos de control directamente sobre el contador inteligente, sin un cerebro principal que represente los deseos del cliente respecto a cómo deben comportarse dichos dispositivos cuando el sistema envíe mensajes de cese de carga o precio. Nosotros no creemos en esa filosofía; creemos en la elección del cliente.
Hay una serie de tecnologías que detectan si hay alguien en casa, y no solo si la puerta se ha abierto o si alguien ha pulsado el botón de “vacaciones”. Puede ser que no haya ningún teléfono móvil en la casa. Queremos usar toda esa información para poder tomar mejores decisiones energéticas para el cliente”, afirma Nagel.
El ahorro y la cuestión de la privacidad
Según Nagel, la energía es una de las razones por las que la gente está buscando nuevas soluciones, tanto como forma de ahorrar dinero como de reducir su huella de carbono.
“Gracias a las inversiones en redes inteligentes, muchas personas tienen mayor conciencia de su consumo de energía y están más pendientes de sus cuentas de electricidad. Además de ello, son más conscientes de su huella de carbono, aunque la comodidad sigue siendo un factor importante”, asegura.
Los contadores inteligentes también reducirán los costes del servicio público desde el momento en que estos ya no tengan que enviar a sus empleados a leer los contadores, y a medida que las reclamaciones sobre facturas al centro de atención al cliente vayan disminuyendo.
“La privacidad es un gran reto. Tenemos el potencial para reunir un montón de información sobre nuestros clientes”, declaró Trevor Niblock, director de seguridad del departamento de contadores inteligentes de British Gas a la revista SC Magazine UK.
Por otra parte, los ataques en el otro extremo del sistema pueden causar apagones a gran escala.
La buena noticia es que este mundo desconocido nos va resultando ya un poco familiar. Las empresas de servicios públicos han reconocido que es necesario aplicar una sólida metodología de seguridad. De hecho, más del 75% de las personas entrevistadas para el informe del IDC Energy Insight “Business Strategy: Smart Grid Security” (Estrategia Comercial: Seguridad de Redes Inteligentes) ven las inversiones en seguridad como un asunto de la mayor importancia.
¡Muy inteligente!
Por Risto Pakarinen