Inversión compartida en vacaciones
Un atractivo punto medio entre alojarte en un hotel y tener tu propia casa: cada vez son más quienes optan por la fórmula de vacaciones a tiempo compartido. ¿Qué problemas de seguridad afectan a propietarios e usuarios del “timesharing”?
El “timesharing” es una forma cada vez más popular de irse de vacaciones; con esta fórmula, varios usuarios comparten el derecho a usar una propiedad, y a cada uno le corresponde un periodo de tiempo. Dichas propiedades suelen ser apartamentos en urbanizaciones.
En 2011 el “timeshare” tuvo en América un índice de ocupación más alto que los hoteles, según un estudio de Ernst & Young. Sus ventas se mantuvieron en alza, aumentando ligeramente con respecto al año anterior y con un índice de ocupación del 80%, frente al 58% de los hoteles.
“Mucha gente busca formas de ahorrar a la hora de planear sus vacaciones, y por eso la relación calidad-precio de los productos “timeshare” es tan atractiva para nuestros casi ocho millones de propietarios”, dice Howard Nusbaum, presidente y CEO de la American Resort Development Association (ARDA).
“Timeshare”, gente yendo y viniendo
El régimen de “timesharing”, también conocido a veces como “de propiedad fraccionada” o “club de vacaciones”, tiene los mismos problemas de seguridad de bienes y personas, al haber mucha gente yendo y viniendo constantemente, y propietarios que quieren seguridad para su inversión aun cuando no estén presentes más que una semana al año.
“Dado el número de gente que pasa por las propiedades ¬(más de 400.000 propietarios, más la gente que viene a alquilar), controlar el acceso es extremadamente importante.”
Desde Marriott Vacations Worldwide (uno de los mayores operadores de “timeshare” del mundo), el director adjunto de seguridad global Ray Wood insiste en la importancia del control de accesos:
“Dado el número de gente que pasa por las propiedades ¬(más de 400.000 propietarios, más la gente que viene a alquilar), controlar el acceso es extremadamente importante. Una vez que el huésped está dentro de la propiedad, debe poder hacer prácticamente lo que quiera, y disfrutar al máximo.”
En todas las urbanizaciones a régimen compartido de Marriott se realizan un mínimo de tres check-ins personales por semana, y el personal activa las llaves-tarjeta para el periodo de visita asignado. “También usamos cámaras para controlar a los visitantes, con idea de aportar una mayor seguridad y saber quién entra y quién sale”, añade Wood.
Marriott ya ha sustituido las llaves tradicionales por tarjetas de acceso, y actualmente está en proceso de cambiar sus tarjetas de banda magnética por tarjetas de RFID.
Aunque Wood cree que los sistemas de acceso de Marriott de momento son suficientes para sus necesidades, también opina que en temas de seguridad nadie puede dormirse en sus laureles. “La seguridad no es algo que diseñas para después olvidarte de ello”, explica. “Hay que actualizarla y observarla constantemente. Los delincuentes siempre van a encontrar soluciones nuevas para sortear las medidas de seguridad.”
Diseños para prevenir el delito
Para ir siempre un paso por delante, Marriott parte de cero en el diseño de sus propiedades, fijándose la seguridad como objetivo. “Uno de los principios que usan nuestros arquitectos es “prevenir el delito a través de un diseño ecológico”. Un ejemplo es la iluminación en áreas publicas, donde una norma básica es que haya luz suficiente para que se pueda leer el periódico en la oscuridad”, dice Wood.
Marriott ofrece más de 50 puntos de “timeshare” en Norteamérica, el Caribe, Europa y Asia, y lógicamente unos destinos son más propensos al delito que otros. ¿Cómo gestionar la seguridad en esos casos?
“Usamos nuestros activos humanos: además de las llaves-tarjeta, examinamos las verjas, instalamos más cámaras y aumentamos el uso de accesos con tarjeta dentro de la propiedad; por ejemplo, para los ascensores. Es lo que llamamos circularización concéntrica de la seguridad”, explica Wood, que insiste en que por muy sofisticada que sea la tecnología, el ser humano sigue siendo la parte más importante para la seguridad de bienes y personas.
“Puedes levantar todas las barreras que quieras, pero al final la seguridad depende de que los empleados manejen y entiendan bien los sistemas que protegen al público.”
En consecuencia, educar al personal es importante, y por ello Marriott está ofreciendo formación en 23 áreas, que abarcan desde cómo hacer frente a intrusos hasta situaciones de ataques armados. También figuran en el curriculum el refuerzo de la seguridad del huésped y la interactuación con los representantes locales de la ley y los bomberos. Pero además del personal, también el huésped contribuye su parte, explica Wood: “Dado que los propietarios de espacios “timeshare” han hecho una inversión significativa en sus propiedades, son más propensos que los huéspedes de un hotel a dar parte de los problemas relacionados con la seguridad. La valoran más.”
Acceso a propiedades más pequeñas
A diferencia de Marriott y otras operadoras a gran escala, las propiedades más pequeñas no siempre tienen la ventaja de una recepción atendida personalmente para gestionar el control de accesos. Ahora bien, los nuevos conceptos y tecnologías están poniendo soluciones eficaces y asequibles también al alcance de operadoras más reducidas, según Gard Gabrielsen, director global de marketing de producto de VingCard Elsafe, que forma parte de la división Hospitality de ASSA ABLOY.
“Una solución de acceso usa tarjetas inteligentes de RFID (tarjetas de propiedad/fidelización) que se comunican con la cerradura de la unidad de “timeshare”. Al llegar, el propietario acerca su tarjeta a la cerradura y esta transfiere los datos relativos a la estancia del propietario a la tarjeta inteligente, la cual funciona a partir de ahí como llave-tarjeta para el periodo establecido.”
La cerradura inteligente, que contiene un microprocesador, también se comunica en tiempo real con el servidor que maneja la propiedad de régimen compartido y verifica que el propietario/visitante haga el check-in y el check-out. Otro concepto nuevo es el uso de NFC (Near Field Communication), con la cual un smartphone se comunica con una cerradura inteligente para transferir datos que permiten acceder durante el periodo asignado.
Disfrutar de unas vacaciones bajo el sol nunca ha resultado tan cómodo ni seguro. Ahora ya solo necesitamos más vacaciones pagadas…
Por Jonas Rehnberg