Disuadiendo al ladrón

La responsabilidad de evitar robos no corresponde únicamente a las cerraduras de las puertas o a las cámaras de seguridad que vigilan los puntos de acceso. La disposición de un entorno físico determinado puede influir en el hecho de que en ciertos lugares se produzcan robos. Es por ello que Crime Prevention Through Environmental Design (Prevención del Delito Por Medio Del Diseño Ambiental), también conocido como CPTED, es un componente esencial en la estrategia de prevención de robos de cualquier área o edificio.

“CPTED parte de la convicción de que un robo puede estar directamente relacionado con el diseño del entorno físico”, afirma Harry Erickson, asesor de CPTED Security Consultants. Desde California, Erickson colabora con organizaciones gubernamentales y empresas privadas para examinar propiedades futuras y otras ya existentes, realizando recomendaciones que sirven para reforzar la seguridad de dichas propiedades. “Esto quiere decir que, cuando un ladrón escoge un objetivo, lo hace con cierto criterio, ya se trate de un plan más o menos formal o de un sentimiento subconsciente que le hace pensar: aquí puedo entrar a robar sin que me cojan.”  

La oscuridad, el escaso tránsito de peatones, la presencia de pintadas o de basura… son factores que pueden hacer más atractivo un lugar determinado para un ladrón.

Cuando se implementa correctamente, CPTED puede reducir las probabilidades de que ocurran delitos al crear un entorno en el que el ladrón se siente incómodo o donde puede ser detenido con facilidad.  

CPTED tiene siete componentes esenciales, según afirma la Real Policía Real Montada del Canadá (RCMP) en su documento Creating Safer Communities: An introduction to Crime Prevention through Environmental Design (CPTED) for architects, planners, and builders (Creando Comunidades Más Seguras: Introducción A La Prevención del Delito Por Medio Del Diseño Ambiental). Dichos componentes son los siguientes:

La territorialidad estimula la sensación de orgullo o propiedad de un lugar a la vez que se crea un ambiente más acogedor. Es importante proyectar la imagen de que una propiedad está bien cuidada y de que sus responsables se esfuerzan por protegerla.  

La vigilancia natural maximiza la capacidad de detectar personas o actividades sospechosas. Las líneas de visión claras y los puntos de entrada visibles contribuyen a ello, mientras que las zonas oscuras o aisladas crean un entorno más cómodo para que el ladrón cumpla con sus objetivos.  

El fomento de actividades estimula el uso de espacios públicos por parte de los residentes. Por ejemplo, una zona poco segura atraerá poca actividad comercial y poco tránsito de peatones. Una zona activa, con usuarios legítimos, resulta muy disuasoria para las actividades delictivas.  

La jerarquía de espacio identifica la propiedad de una zona al delimitar claramente el espacio público y el privado por medio de aceras con símbolos decorativos, céspedes y vallas.  

El control de accesos natural utiliza las vías peatonales, las vallas, la iluminación, las señales y el paisaje para guiar a las personas y vehículos en sus entradas y salidas por los accesos propiamente dichos.  

La imagen y el mantenimiento garantizan que un edificio o área estén limpios, bien cuidados y sin pintadas ni basura. Si una propiedad está muy destartalada y llena de pintadas y basura, transmite el mensaje de que a nadie le importa esa propiedad, y de que no hay nada que vaya a impedir una conducta indeseable.

Por último, la correcta distribución del espacio consiste en un diseño o distribución del espacio que tiene en cuenta el entorno circundante y minimiza las posibilidades de que el espacio sea utilizado por grupos conflictivos.  

Además de crear un entorno en el que los ladrones se sientan incómodos, el objetivo de estos diseñadores es también crear un ambiente en el que el ciudadano honrado pueda sentirse cómodo y seguro.  

“Un aspecto muy importante de CPTED es su capacidad de reducir el miedo de las personas a los robos”, afirma Erickson. La gente tiende a evitar por naturaleza aquellas áreas en las que no se siente segura. “A veces ni siquiera sabes exactamente por qué, pero el caso es que te sientes poco seguro. Y cuando alguien se siente poco seguro, lo más probable es que lo esté, con lo cual aumentan las probabilidades de que el elemento delictivo actúe allí.”  

CPTED cuenta con aplicaciones para todos los entornos, desde compañías privadas hasta hogares pasando por parques y vecindarios. También se puede reforzar la seguridad de colegios aplicando los principios de CPTED, que pueden contribuir a evitar que se den casos de “bullying”.  

“La vigilancia natural es quizá uno de los aspectos más importantes de CPTED para los colegios”, dice Erickson. Por ejemplo, si la oficina de administración tiene ventanas que dan a una de las entradas principales, ello actúa como elemento disuasorio. “En los colegios, también se busca minimizar los puntos de acceso, puesto que si hay demasiados es imposible llevar la cuenta de quién entra y quién sale, quién se supone que está dentro y quién no.”

Lo ideal es que las ideas de CPTED se incorporen al diseño de una estructura o entorno en las fases de planificación y construcción. De no ser así, pueden aparecer zonas problemáticas en las que no resulte eficaz una posterior aplicación de soluciones de CPTED; zonas como la sala de calderas u otros espacios aislados con potencial para convertirse en espacios de actividades sospechosas o delictivas. A veces, la única solución para evitar delitos en estas zonas es clausurarlas.  

Por tanto, ¿cómo pueden ayudar la tecnología y el hardware de seguridad a los planificadores de CPTED a hacer mejor su trabajo?  

“Reforzar las cerraduras y los puntos vulnerables no es suficiente. Pero aplicar CPTED tampoco basta por sí solo”, dice Erickson. “Es preciso combinar ambas. Sin duda, son componentes individuales bien diferenciados de un plan completo. Debemos incorporar ambos y asegurarnos de que se complementan los unos con los otros, sin entrar en conflicto.”  

Por ejemplo, los expertos en seguridad deben procurar no “pasarse” con aplicaciones de seguridad reforzadas, señala Erickson. “En caso de hacerlo, pueden hacer que la gente se sienta poco segura al notar una presencia abrumadora de dispositivos de seguridad, lo cual les puede hacer pensar que la zona debe ser poco segura para necesitar aplicaciones de seguridad tan visibles.”  

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