Diseñado para ser seguro

A todos nos gusta sentirnos seguros en nuestros hogares. Ahora bien, diseñar una casa equipada con las medidas de seguridad adecuadas puede presentar dificultades. Los presupuestos de cerraduras, puertas de alta calidad, sistemas de seguridad y vigilancia no son comparables a lo que es habitual en locales comerciales, y los diseñadores deben tener en cuenta aspectos relacionados con el bienestar como pueden ser un gran ventanal con vistas, o el uso de vegetación, que suele aportar más privacidad que seguridad. Como señala la arquitecta neoyorquina Barbara Nadel, autora de Building Security: Handbook for Architectural Planning and Design: “Nadie quiere vivir en un ambiente que le recuerde a un campamento militar.”

Pero en el mundo de hoy, cada vez más concienciado sobre los riesgos, los arquitectos residenciales construyen teniendo la seguridad muy presente desde el primer momento. Según una encuesta de 2007 realizada por la firma de investigación Synovate, el 28% de los americanos opina que la seguridad es el aspecto más importante de un edificio. Por suerte, los arquitectos cuentan con muchas estrategias tradicionales – además de las nuevas tecnologías – a la hora de diseñar viviendas donde uno pueda sentirse seguro.  

El emplazamiento, el emplazamiento…
Todo arquitecto sabe que los mejores diseños arquitectónicos son aquellos que se adecuan a su emplazamiento y su entorno, y lo mismo se puede decir de la seguridad. “Los arquitectos y proyectistas deben tener siempre en cuenta el vecindario y los edificios adyacentes a la hora de determinar si puede haber focos delictivos, peligro de accidentes u otras amenazas potenciales que puedan afectar a los niveles de seguridad requeridos”, observa Barbara Nadel.

Por ello el diseño del edificio y el paisaje deben tener en cuenta estos factores y transmitir a inquilinos y a potenciales criminales la sensación de que el edificio es seguro; éste es el enfoque adoptado por el CPTED (Crime Prevention through Environmental Design), desarrollado en estudios sobre viviendas de protección oficial que se realizaron en los años 70. Por ejemplo, una casa de un barrio en vías de “gentrificación” puede requerir medidas de seguridad bien visibles (ventanas pequeñas o con barrotes de hierro, puertas de seguridad de acero, cerraduras fuertes, cámaras de vigilancia) para dejar claro que se trata de un objetivo difícil, mientras que en una zona más asentada estas medidas no serían necesarias.  

Hágase la luz
A su vez, en casas y apartamentos de zonas urbanas muy transitadas, “la clave es la visibilidad”, señala Nadel. En calles de mucho tráfico, los transeúntes aportan una especie de “vigilancia natural” allí donde no es viable la presencia de un portero o un guarda de seguridad. Es muy probable que un ladrón no se decida a actuar sabiendo que alguien puede verle. Para crear una mayor sensación de seguridad tanto en el interior como en el exterior, a menudo los arquitectos sitúan las entradas en lugares muy visibles, colocan ventanas con vistas a los aparcamientos, ponen paredes de cristal en los vestíbulos y reducen el tamaño de vallas y verjas, entre otras estrategias.  

Un diseño apropiado de la iluminación es también esencial. “Una buena iluminación en torno a la propiedad, ya sea para construcciones aisladas, multifamiliares o rascacielos, mejora la visibilidad, sobre todo en puertas, puntos de acceso a la azotea, zonas de aparcamiento y garajes”, afirma Nadel. Los dispositivos fijos deben colocarse con el mayor de los cuidados para evitar la creación de puntos “ciegos” en zonas de reciclado de desperdicios o basureros, y no deben ser muy brillantes para evitar así que se formen zonas oscuras o excesivamente sombrías.  

Una vez abordados temas básicos de seguridad como son la colocación de puertas y ventanas y el diseño de la iluminación, hay que considerar también el uso de sistemas de seguridad físicos y electrónicos. Los propietarios pueden ahorrarse mucho dinero si saben elegir el cableado más adecuado para un sistema de seguridad doméstico ya en el momento de la construcción. Si además se emplean técnicas sólidas de construcción para puertas, marcos y ventanas, la instalación de cerraduras de alta seguridad se verá reforzada con una mayor protección. Todos estos factores incentivan a los propietarios a solicitar estos servicios a los arquitectos desde el primer momento, en vez de añadirlos después.  

Los diseñadores deben meditar a la hora de elegir el hardware de cerraduras y puertas para la seguridad doméstica, advierte Andrew McGonigle, manager de proyectos de construcción de la Northwestern University de Chicago y miembro del consejo de asesores de la revista ARCHI-TECH. “Un ladrón siempre busca el objetivo más fácil. Una cerradura de alta seguridad que suponga una barrera bien visible a los ataques físicos y a la vez haga gala de un buen diseño estético puede tener un gran efecto disuasorio. Por otra parte, las cerraduras y llaves que no se pueden duplicar sin autorización ayudan también a reducir ‘oportunidades de delito’ para aquellos que están en posesión temporal de esas llaves, o para el ladrón experimentado que se propone actuar.”   

Alguien vela por ti
Dado que la privacidad es un valor en alza en viviendas aisladas, aquí los sistemas de seguridad consisten a menudo en sensores de movimiento y detectores de rotura del cristal, así como contactos magnéticos que hacen sonar la alarma si hay un intruso. Por desgracia, según Richard Clarke, presidente de Good Harbor Consulting y anteriormente consejero de seguridad de la Casa Blanca, estos sistemas pueden arrojar un índice de falsas alarmas de hasta un 95%.

Las conexiones de bajo coste a Internet se perfilan como una solución más útil. “Los nuevos sistemas de video-alarma permiten a una persona o a un sistema de vigilancia saber si hay algún problema por medio de la interconectividad con Internet”, dice Clarke. Las soluciones de control remoto son muy populares entre muchos inquilinos de apartamentos: con los nuevos sistemas de “porteros virtuales”, un portero puede controlar las cámaras a distancia y abrir la puerta a un repartidor o avisar a la policía si un inquilino pulsa el botón de alarma o se ha detectado algún tipo de peligro.  

Ahora bien, no existen medidas de seguridad inexpugnables. Como ha señalado Barbara Nadel, “la integración de estrategias de diseño está dando como resultado los planes de seguridad más exhaustivos.” Todos los elementos – puertas y ventanas, cerraduras y sistemas de seguridad, iluminación, paisajismo y mantenimiento de un edificio – contribuyen a una vivienda más segura. Y el resultado ideal es el tipo de vivienda que se esfuerzan por crear expertos como Nadel y Clarke: “Comunidades habitables y seguras para bienes y personas, con una calidad de vida elevada.”    

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