Descubriendo otras fuerzas
Están apareciendo nuevas tecnologías capaces de suministrar energía a sistemas de seguridad sin cables ni pilas. La transmisión de energía solar inalámbrica y las soluciones acumuladoras de energía son alternativas muy ecológicas que además reducen costes de mantenimiento e instalación.
Los sistemas de seguridad más avanzados dependen siempre de algún tipo de alimentación. Un sistema de control de accesos típico puede llegar a incluir varios dispositivos eléctricos (cerraduras magnéticas, un cierrapuertas automático, un lector de tarjetas inteligentes y una cámara de seguridad) que a menudo dependen también de una red con un sistema de control centralizado. Conectar todos estos dispositivos entre sí puede ser una labor problemática, como señala Dave Gray, director general de Norton Door Controls: “La construcción nueva siempre acarrea un gasto considerable y sujeto a continuas actualizaciones; si no se cuenta con acceso a alimentación y un tipo de suministro adecuado, puede causar muchos inconvenientes y resultar muy caro.”
Las pilas, lógicamente, eliminan la necesidad de conexiones eléctricas, pero crean otros problemas. En el caso de los sistemas de seguridad, la fiabilidad es un factor clave: si, por ejemplo, una puerta con cerraduras magnéticas no recibe alimentación, se pondrá en posición de apertura, por lo que es preciso comprobar las pilas y cambiarlas con regularidad. Y ello aumenta los costes de mantenimiento y los residuos generados.
Además, son caras: según David Schatz, director de marketing de WiTricity Corp., generar un kilovatio-hora de electricidad con pilas cuesta unos 350 dólares USA, comparado con los 10 céntimos de una línea de alimentación doméstica. No es de extrañar que los distribuidores estén buscando nuevas vías.
Ya viene el sol
Las nuevas tecnologías – como la transmisión de energía solar inalámbrica y las soluciones acumuladoras de energía – pueden generar energía sin cables ni pilas y, gracias a ellas, las empresas están reduciendo sus gastos de instalación y mantenimiento, además de su impacto medioambiental.
La energía solar no exige ningún tipo de conexión a la red energética pero, al necesitar luz intensa y consistente, no se adapta bien a interiores. En aquellos entornos destinados a consumo o ventas, la energía solar se emplea principalmente para aplicaciones en las que no es imprescindible una fiabilidad absoluta. Un ejemplo: las cámaras de seguridad que funcionan con energía solar no permiten jamás que un intruso pueda entrar en un edificio en caso de fallo.
Existen ya sistemas que se alimentan de energía solar para aplicaciones especializadas, beneficiándose de una exposición continua al sol. MAPSANDS ha sido desarrollado por la estadounidense Global Nanospace para la protección de fronteras en remotas localizaciones desérticas (por ejemplo, áreas de extracción petrolífera) en las que nunca falta el sol pero, en cambio, las conexiones con suministros energéticos o las visitas regulares de mantenimiento son prácticamente imposibles. MAPSANDS incluye grandes estaciones de seguridad suministradas por energía solar capaces de detectar a un intruso y emitir un informe de aviso y alarmas, o bien oponer una defensa armada.
A través de las ondas
Lógicamente, un sistema como MAPSANDS resulta exagerado en la mayoría de los requisitos energéticos que plantea el control. Creado por un equipo de investigadores del MIT, convierte la energía eléctrica en un campo magnético que se puede transferir de manera inalámbrica – a través de paredes de ladrillos si es necesario – a sistemas equipados con un dispositivo de captura y un convertidor. Para aplicaciones que requieren un suministro relativamente bajo, los dispositivos pueden estar a tan sólo unos metros de la fuente de energía, la cual se puede enchufar sin más a una toma de corriente o instalarse en la pared, según se desee.
Como señala Dave Schatz, la ventaja principal de WiTricity es “un flujo constante y fiable de energía.” Si bien la idea de una energía inalámbrica nos puede hacer dudar, dado que la energía se convierte en campos magnéticos – y WiTricity cumple también con los patrones establecidos de salud y seguridad relativos a la exposición a campos magnéticos –, se trata de algo completamente seguro, que no causa interferencias con otros dispositivos inalámbricos como son los teléfonos móviles. Su principal limitación es la incapacidad de transmitir a través del metal, con lo cual, mientras que la energía se puede transmitir a través de vigas de acero, no funciona a través de muros metálicos como los de las cajas fuertes de los bancos. WiTricity es una tecnología emergente y no se ha integrado aún en ninguna solución de seguridad; sin embargo, la compañía ya está trabajando activamente con socios del mercado industrial en campos muy distintos. Permanezcan atentos a próximos desarrollos.
Las tecnologías auto-alimentadas son otra posible solución: usar la energía que se genera cuando se gira una manilla o se abre una puerta. Los primeros productos aún requieren ciertos compromisos: por ejemplo, el usuario debe girar la manilla tres o cuatro veces para “cargar” el sistema antes de obtener acceso.
El nuevo cierrapuertas Trinity de Norton soluciona este problema con un sistema acumulador de energía extremadamente eficaz cuyo uso no presenta dificultad alguna para el usuario. “Cualquier movimiento de la puerta de un 10% o más es suficiente para generar energía”, explica Dave Gray, de Norton. Por tanto, incluso si la puerta permanece intacta durante meses y se queda por completo sin energía, basta un intento de abrir la puerta para devolverla a la vida. Al no necesitar suministro externo ni tecnologías inteligentes de auto-ajuste, el sistema Trinity está atrayendo la atención de los clientes “beta” que buscan soluciones ecológicas que no necesiten prácticamente revisiones de mantenimiento regulares.