Cámaras comunicantes
El mercado global de circuitos cerrados de TV ha crecido enormemente desde que la digitalización y el vídeo IP abrieron el camino a los actuales (y superiores) sistemas de vigilancia. La pregunta es: ¿están avanzando las cámaras con la misma rapidez?
Hay algo en lo que todo el mundo parece estar de acuerdo: dotar a una cámara de seguridad de IP (protocolo de Internet) supuso un giro decisivo para el sector de los fabricantes de cámaras.
“Todo empezó con IP”, dice Archana Rao, analista e investigadora adjunta de seguridad electrónica en la compañía de investigación comercial Frost and Sullivan. “Fue el origen de todas las innovaciones.”
El vídeo IP fue el desarrollo más importante de todos, corrobora Frank Pokropp, director comercial de tecnologías de seguridad en W.I.S., uno de los mayores proveedores de seguridad del mercado alemán. “Ha revolucionado el mercado.”
El uso de IP fue posible gracias a la digitalización, y la unión de estos dos desarrollos supuso una gran diferencia, haciendo posible (o, al menos, más fácil) el uso de cámaras de megapixels, analítica de vídeo y mandos a distancia, al permitir la conexión de cámaras digitales a redes.
Rao y Pokropp también destacan los progresos realizados en sensores de imágenes, que permiten contar con cámaras más potentes, más pequeñas y de menor consumo, así como un mayor potencial de analítica de vídeo.
“La analítica ha mejorado mucho”, señala Pokropp. “Y seguirá mejorando, pero todavía está lejos de ser algo perfecto.” Y nos da el ejemplo de un proyecto de W.I.S. para la compañía de logística DHL, consistente en gestionar el control de 50 puestos de estacionamiento de aviones en el aeropuerto de Leipzig. “Al principio tuvimos demasiadas falsas alarmas”, recuerda, “así que instalamos un software especial para crear vídeo en 3D, y ahora ya tenemos ese problema controlado.”
La mayoría de las instalaciones siguen usando cámaras analógicas, pero es un sistema lleno de “cuellos de botella”: en palabras de Torben Vanselow, jefe ejecutivo de Ideal CCTV – una empresa de instaladores de sistemas de tamaño medio -, “la mayoría de las cámaras de grabación de vídeo digital siguen grabando con resolución CIF (Common Intermediate Format).” La revolución digital está ayudando a eliminar esos cuellos de botella, ya que una mejor compresión y un almacenamiento más barato están permitiendo optimizar la cadena entera.
Johan Paulsson, director del departamento tecnológico de la compañía de fabricación de cámaras Axis, opina que el potencial de la cámara y el potencial de computación deben ir a la par. “No es tan fácil desarrollar una buena cámara de megapixel que funcione bien con baja luminosidad”, dice a modo de ejemplo. “Se puede aumentar la ganancia del sensor, pero ello genera ruido, lo cual hace necesaria una mayor potencia de procesamiento.”
Los avances han sido tremendos: hace dos años, nos dice, una cámara de 2 megapixels era incapaz de funcionar bien con poca luminosidad. Pero eso ha cambiado. “Sin embargo, mucha gente sigue devanándose los sesos para hacer compatible una alta definición con la capacidad de funcionar con poca luz”, añade. “Una forma de lograrlo es convertir una cámara de 5 MP en una de 1 MP por la noche. Pero siempre hay que escuchar al cliente, porque es muy posible que en muchas ocasiones no se necesite una gran resolución.”
Pokropp y Vanselow coinciden con él. Ambos son partidarios de los megapixels, pero se muestran escépticos sobre esas cifras tan altas que se manejan en el mercado. Ya existen cámaras de 16 MP, pero Vanselow señala que, para muchos usos, una cámara VGA sigue siendo perfectamente válida: “Para capturar una silueta que está cruzando un pasillo, no hace falta más.”
Pokropp se conforma en muchas ocasiones con 1.2 o 2 MP: “Los clientes suelen quejarse de la alta definición debido a su coste elevado, a la necesidad de almacenamiento extra y a su mayor compresión”, explica.
Un desarrollo relativamente nuevo es la posibilidad de incluir cámaras de imagen térmica en las redes de circuito cerrado de TV. Estas cámaras identifican las diferencias de temperatura y de ese modo pueden “ver” criaturas vivientes recortadas sobre un fondo más frío, incluso de noche y con escasa visibilidad; eso sí, sólo estaban al alcance de los grandes presupuestos de los ministerios de defensa… hasta ahora. Acaban de llegar al mercado las primeras cámaras de imagen térmica.
Paulsson opina que estas cámaras van conectadas en muchos casos a cámaras convencionales en la misma red de analítica. Su compañía ha estado trabajando para reducir los costes de fabricación de las cámaras y lograr que sean más asequibles, utilizando para ello materiales alternativos. “Las lentes de las cámaras de imagen térmica se fabricaban con germanio, ya que el vidrio no permite el paso del calor. Ahora ya existen materiales nuevos que salen más baratos y funcionan mejor”, afirma.
Pokropp explica que este tipo de cámaras son necesarias para reforzar los circuitos cerrados de TV tradicionales cuando es preciso cubrir zonas muy extensas, pero admite que ha tenido ya alguna experiencia que describe como “aterradora” utilizando una cámara de imagen térmica por su cuenta.
“Habíamos instalado una cámara para cubrir un paso elevado de una vía de tren”, explica, “y en uno de esos días de verano tan calurosos que tuvimos recientemente, la gravilla había alcanzado unos 35°C. Con esa temperatura, la cámara era incapaz de identificar a una persona cruzando las vías.”
Aunque las cámaras IP son sin duda el futuro, la mayoría de las cámaras que se venden hoy en día siguen siendo analógicas. Rao opina que la crisis económica ha ralentizado el despegue de esta nueva tecnología, pero en un estudio reciente pronosticaba un avance importante de las cámaras IP para el año 2011. “Los costes de instalación son más bajos, porque se puede utilizar un red de IP ya instalada”, explica, resumiendo las ventajas. “Se puede controlar el sistema a distancia, y se puede usar una mayor resolución para producir imágenes lo bastante buenas para ser utilizadas en un juicio.”