Al filo

Los controles de acceso inteligentes llevan ya algún tiempo entre nosotros, pero hasta ahora lo normal era que el cerebro de la operación estuviera escondido en otra habitación, desde la cual un controlador gestionaba múltiples puertas con ayuda de muchos metros de cableado customizado. En estas condiciones resultaba muy caro añadir puertas nuevas y actualizar sistemas, y más si tenemos en cuenta que casi todas las piezas del sistema (excepto las tarjetas empleadas para accesos) eran de una marca registrada. En consecuencia, en las instalaciones que se quería actualizar era necesario realizar una “actualización de obra” y cambiar por completo sus sistemas.

Pero el mercado cuenta ya con una nueva alternativa: el control de accesos IP Edge. IP Edge consolida las funciones de control y lectura en un único dispositivo que se conecta directamente a la red; básicamente, llevando el control de accesos “al filo”. Este sistema dota de un nuevo nivel de inteligencia a todos los puntos de acceso y aporta una flexibilidad considerablemente mayor, además de ahorro. Como afirma Thomas Heiser, Vicepresidente de Marketing de Producto de HID Global: “Ahorra dinero, tiempo y tiene toda la lógica del mundo.” Pero, ¿es IP Edge la solución adecuada para ti?  

Fuera del armario
Hoy en día, la mayor parte de los sistemas usan lectores de tarjeta montados sobre la puerta, que permiten el acceso de forma selectiva basándose en datos almacenados en un controlador remoto que suele estar en un equipo oculto en un armario cercano. La mayoría de los componentes del sistema son de marca registrada, con lo cual los lectores, controladores y a menudo el software de la red provienen del mismo fabricante, obligando a los clientes a ceñirse a los equipos disponibles en ese momento y dificultándoles la opción de cambiar de proveedor.

Los sistemas IP Edge combinan el lector y el controlador en un único dispositivo compacto que va directamente conectado a la red corporativa ya instalada. No se necesita cableado de red adicional de una marca registrada, lo cual facilita una recuperación mucho mayor de la inversión. Algunos utilizan un método PoE (Power over Ethernet) de tal forma que el dispositivo Edge no necesita más que un solo cable de Ethernet para seguir conectado y en funcionamiento. Otros dispositivos Edge utilizan Wi-Fi para su acceso a la red, lo cual permite realizar la instalación en menos de una hora. Y puesto que los sistemas IP Edge suelen estar basados en estándares abiertos, los clientes pueden elegir los componentes más selectos de varios fabricantes distintos, y también actualizar el sistema con facilidad.  

Este método ofrece mucha más flexibilidad, permitiendo a cada organización añadir puertas individuales a su red de seguridad con la mayor facilidad, o incluso mezclar y combinar productos de estándares abiertos de varios proveedores. “Se pueden comprar todos los componentes por separado y acoplarlos a la solución de software que se desee”, explica Martin Huddart, Vicepresidente de Tecnologías Electrónicas de ASSA ABLOY Americas. De este modo, cada institución puede ir actualizando gradualmente su seguridad, añadiendo puertas nuevas y nuevas capacidades según lo requieran sus actuales sistemas. Y el ahorro de costes puede ser considerable: Huddart calcula que el coste total de algunas soluciones de Edge, una vez instaladas, puede ser un 50% más barato que el de los sistemas tradicionales.  

Por supuesto, las soluciones de IP Edge también tienen sus inconvenientes, aunque algunos de ellos ya están siendo abordados. En instalaciones al aire libre es fácil manipular las conexiones de red, lo cual hace que los controladores y lectores sean poco prácticos para este fin. En estos casos se puede combinar un dispositivo que sólo realice lecturas con un controlador independiente situado en el interior. La fiabilidad de la red y la vulnerabilidad frente a los hackers son motivos adicionales de inquietud; sin embargo, los sistemas Edge ofrecen encriptamientos y normalmente pueden seguir funcionando incluso si no están conectados a la red.

Un caso práctico
Aunque los productos Edge sólo se comercializan desde hace dos años, hay clientes que ya han empezado a implementarlos, como el Lehigh Career & Technical Institute. Situado en Schnecksville (Pennsylvania, EE.UU.), Lehigh es la tercera mayor escuela de enseñanza técnica del país. “Cada día pasan por nuestras puertas unos 3000 estudiantes”, afirma Dan Kotran, técnico de instalaciones del centro. Sin embargo, las salas de la escuela, cuya extensión es de unos 45.000 m2, estaban equipadas con cerraduras offline, lo cual obligaba al personal a dirigirse a cada una de las entradas cada vez que era preciso realizar cambios. Afortunadamente, Lehigh cuenta con una red Wi-Fi, para lo cual el sistema inalámbrico de Edge resulta la solución ideal.  

Lehigh acaba de instalar un sistema de 22 juegos de cerraduras Sargent v.S2 que se conectan con la actual infraestructura de IP a través de la red Wi-Fi. “Instalar las cerraduras fue facilísimo”, recuerda Kotran. “No hubo que tirar cables y, puesto que las cerraduras no requieren ninguna infraestructura inalámbrica de marca registrada, funcionaron al momento con nuestra red Wi-Fi.” El nuevo sistema ha permitido a Lehigh aumentar su seguridad y comodidad por un coste razonable. “Las nuevas cerraduras nos permiten enviar órdenes a las cerraduras desde un punto central”, explica Kotran. “Esto mejora la seguridad y aligera las responsabilidades del personal de instalaciones.”  

Entre tanto, el Southern Ohio Medical Center (SOMC) se beneficia de una conexión alámbrica para disponer de una mayor inteligencia y flexibilidad. “Dado que los errores médicos siguen siendo la amenaza más frecuente y peligrosa para la seguridad de los pacientes, decidimos probar el sistema de Administración de Medicamentos con Código de Barras”, dice la jefa de enfermería del SOMC, Julie Irwin. El SOMC optó por equipar las vitrinas de medicamentos que hay instaladas en las paredes con lectores de HID. Una farmacia central llena las vitrinas cada mañana, y el personal utiliza placas identificadoras de proximidad para abrirlas; los medicamentos que se sacan deben pasar por un escáner operado manualmente. Entre tanto, el sistema Edge controla el proceso constantemente, evitando, por ejemplo, que un empleado cuyo turno ya ha terminado pueda volver y sacar medicamentos.  

Al filo… ¿o más allá?
En conjunto, los sistemas IP Edge ofrecen hoy en día considerables ventajas en lo relativo a costes y flexibilidad, así como el potencial necesario para servir a nuevas y atractivas aplicaciones en el futuro. Como apunta Heiser, de HID, un dispositivo Edge es más que un simple controlador: “Es un ordenador, un teléfono, una cámara y está al otro extremo de un CAT 5.” Al tratarse de mecanismos conectados a una red, los dispositivos de Edge pueden, por ejemplo, conectarse al mismo directorio LDAP que se usa para controlar el acceso a aplicaciones. Cada institución puede, por tanto, crear un sistema de seguridad basado en roles para entornos tanto físicos como virtuales. Por ejemplo, un miembro del Departamento de Recursos Humanos podrá recibir acceso a aplicaciones relacionadas con la nómina y a la sala de historiales de los empleados. Entre tanto, los sistemas informáticos podrían rechazar un registro en caso de que la identidad del usuario no fuera aceptada en la puerta de la oficina.  

Para las soluciones Edge, abrir puertas no es más que el comienzo. De hecho, toda organización que esté interesada en Edge debería involucrar a los miembros de su departamento de IT, animándoles a todos a experimentar con aplicaciones enteramente nuevas. Aunque aún falten unos años para la adopción total de estas prácticas, es sólo cuestión de tiempo que las soluciones de Edge adquieran un protagonismo absoluto.

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